Podcast: Amanecer con Dios – Santiago 5-12

Dr. Daniel L. Bustamante
Reflexiones de un minuto para escuchar todo el dia

Escuchar podcast ▼

Por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sinó que vuestro sí sea sí, y vuestro no, sea no, para que no caigáis en condenación.

Santiago 5-12. La importancia que Dios le dá al juramento es mucho más de lo que el hombre le dá. El ser humano jura sobre la inseguridad de lo que el otro, no cree que se pueda realizar, tratando de dar sobre una cosa. Dios no se arrepiente y tiene su seguridad, El puede jurar. muchos después de haber jurado se arrepienten de lo que han dicho o prometido.

Pero también hay otros que juran con la intención de no cumplir lo prometido, para obtener beneficios. Por cierto esto es jurar falsamente y los que hacen esto, dice en Zacarías 5:3 “Serán destruídos”. El consejo de Dios es no juréis ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento.

El juramento es una manera de asegurar algo que nos pasó o que nos dijeron y que a la otra persona le resulta difícil de creer. Muchas veces la persona que jura no merece la confianza de su interlocutor y por eso necesita jurar por algo que es más grande, o que tiene más autoridad, que él mismo, o que es innegable. Lo que debería ser normal para todos los hombres, Dios lo exige de los cristianos. Hace muchos años en mi País, cuando alguien debía pagar algo y no contaba en ese momento con el dinero, el vendedor decía “basta con su palabra”o también: “palabra de honor”, en señal que lo acordado se iba a cumplir. En nuestros días por causa del incumplimiento de muchos se dice: a las palabras se las lleva el viento.

Por lo tanto se hacen contratos o documentos de pago firmados, sabiendo que si no se cumplen habrá una demanda ante los tribunales de justicia que correspondan. Sin embargo Dios exige del cristiano que su sí sea sí, y su no sea no para el cumplimiento de lo que se le pide o promete. Esto demuestra el carácter del cristiano en su responsabilidad y en el cumplimiento de la palabra empeñada.

Necesitamos estar permanentemente comprometidos con el Señor. Cuando no cumplimos con nuestra palabra, las demás personas perderán su confianza en nosotros y quedaremos como mentirosos e incumplidores y esto es caer en la condenación. Aquellos a quienes les hemos fallado, nos señalarán como mentirosos y por más que tratemos, no nos creerán.

¡Señor ayúdame para mi sí sea si, y mi no sea no!

Santiago 5-12

Escuchar podcast ▼