Podcast: Amanecer con Dios – Santiago 5-11

Dr. Daniel L. Bustamante
Reflexiones de un minuto para escuchar todo el dia

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Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.

Santiago 5-11. “He aquí, tenemos,” ¿quiénes?, los cristianos, los que le creemos a Dios hoy, y los que le han creído en la antigüedad. “Tenemos por bienaventurados” o muy felices, afortunados o son dignos de honor, quienes pasan la prueba del sufrimiento por problemas circunstanciales, de tentaciones del diablo, o por causa de percusiones por razones de la fe.

¿Es que el cristiano es un ser masoquista? ¿O como en algunas religiones el sufrimiento agrada a un dios cruel y egoísta? Nó, en I Corintios 10:13 dice: “No os ha sobrevenido ninguna tentación (en el griego es la misma palabra que prueba), que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados (Probados)más de lo que podéis resistir, sinó que dará también juntamente con la tentación (prueba) la salida, para que podáis soportar”.

A través de los sufrimientos tenemos la oportunidad de aprender muchas cosas que van a beneficiarnos. Dios nos llama a ser pacientes a saber esperar en el Señor y ver como El acomoda las cosas a su manera. Cuando una de las partes cede y decide usar la paciencia no hay guerras.

La paciencia nos ayuda a pasar los sufrimientos, a soportar las injusticias, a pagar el precio de vivir contra la corriente de este mundo, con sus valores opuestos a Dios, diferentes a lo que significa ser un cristiano. Los hombres y mujeres de Dios fueron pacientes. La paciencia de Job recibió recompensa. En la experiencia de Job vemos como el plan del Señor terminó en bien.

También hemos visto el fin del Señor, el Resucitado “vé el fruto de la aflicción de su alma y está satisfecho”como dice Isaías 53:11. La versión de Torres Amat dice: “Estad de buen ánimo, porque El es misericordioso”, la versión de la Life Application study Bible dice: “El esta lleno de ternura y compasión”.

Su misericordia nos alcanzó, no miró a nuestra condición de pecadores, pero sufrió por nosotros. A pesar de nuestra culpabilidad tuvo compasión de nosotros y nos salvó de la condenación eterna.

¡Señor ayúdame a sentir esta misericordia y compasión por otros!

Santiago 5-11

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