Podcast: Amanecer con Dios – Hebreos 13-6

Dr. Daniel L. Bustamante
Reflexiones de un minuto para escuchar todo el dia

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De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador, no temeré lo que me pueda hacer el hombre.

Solamente se puede hablar confiadamente, cuando hay un respaldo detrás, cuando se ha experimentado algo, cuando hay autoridad porque se ha probado algo. Muchas veces la situación en el país donde vivimos no es la mejor y muchas veces hay gente que teme por su futuro, o se deprime o se siente frustrado, porque piensa que nunca va a poder lograr sus sueños.

Sin embargo el Salmo 54 4 dice: “Dios es el que me ayuda, el Señor es el que sostiene mi alma”. Para decir estas palabras, es necesario haber tenido una experiencia personal de encuentro con Dios. Muchos de nuestros problemas se comienzan a solucionar, cuando tenemos la compañía de alguien que nos acompaña. La lucha, estando acompañado reparte fuerzas para poder triunfar, comparte el ánimo para seguir adelante.

El consejo de Dios es en Eclesiastés 4 9 12 “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo, porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo?.

Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Frente a todos los problemas necesitamos confiar en el Señor y decirle a El: “Sé tú mi roca fuerte y fortaleza para salvarme” como dice en el Salmo 31 2. Las situaciones difíciles le pasan también a los hijos de Dios. En estos días este Salmo ha servido de fortaleza para mi vida.

Muchas personas creen que por ser Hijos de Dios se acabaron nuestros problemas. Esto es un gran error, porque al venir a Jesucristo nos hemos escapado del reino de satanás y él vendrá a perturbar todo lo que pueda. El Señor nos enseña en Santiago 4 7 “Resistid al diablo y huirá de vosotros”. Pero ya no estamos solos, y con Jesús somos más que vencedores. Ahora el vive en nosotros y nos dá seguridad.

¡Señor ayudame para confiar siempre en ti como la Roca fuerte!

Hebreos 13:6

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